Resumo
Este artículo pretende mostrar, desde la perspectiva de la antropología, las condiciones bajo las cuales surgen las formas de nombrar las emociones en tiempos difíciles, a partir de dos ejemplos contemporáneos. Este enfoque se centra en el discurso de los actores que producen significado sobre las emociones en relación con las crisis contemporáneas. La antropología nos permite comprender cómo se forman las emociones al prestar atención a las condiciones de existencia y a los significados que surgen a su alrededor. Es interesante observar cómo, en un contexto de crisis, las emociones pueden repensarse en relación con las condiciones sociales de existencia. Los dos ejemplos contemporáneos que se presentan aquí son el denominado languidecimiento, popularizado por el psicólogo Adam Grant durante la COVID-19, y el otro se centra en las emociones de la tierra, una serie de términos acuñados por el filósofo ambiental Glenn Albrecht para responder afectivamente a la crisis ambiental. Estos ejemplos muestran que el significado que se otorga a las emociones no se da de una vez por todas, sino que se ubica en condiciones sociohistóricas, geográficas y culturales particulares y es construido por actores sociales.
