Resumen
El vitalismo que acompaña al proceso mediante el cual la integridad del cuerpo humano es fragmentado, constituye el eje que sustenta el desarrollo de este trabajo. Sugerimos a partir de la reflexión de algunos abordajes en que la idea de la destrucción del cuerpo organiza la idea de vida, ponen de relieve la importancia de los procesos vitales que hacen hincapié en la muerte como aquella que abre la verdad de todos los organismos. Al mismo tiempo, es un problematización del humanismo a través de una base material. En ese proceso, las ontologías clásicas ceden espacio a un escenario en el que las barreras civilizadoras entre lo humano y lo material se rompen, promoviendo una simbiosis cuestionadora de las ontologías clásicas. El caos, en definitiva, aparece como un parámetro para la civilización.